Conocimientos previos sobre el espacio público: ubicación geográfica, importancia en la trama urbana de la ciudad. Para poder interpretar el parque Berrio y la plaza de Botero en especial, "hay que caracterizarlas en al diferentes etapas del desarrollo urbano de Medellín; dicho desarrollo se puede enmarcar en diferentes periodos. Época colonial y años siguientes.1975 y 1890, en la cual paso por un crecimiento lento pero progresivo. Fruto de los lineamientos que se fueron dando con el Medellín futuro, como resulta de un proceso incipiente de ordenamiento urbano basado en el plan regulador de 1957, que termino con un desarrollo acelerado de la ciudad en las últimas décadas del siglo XX y principios del siglo XXI."[1].
Cabe resaltar que esta imponente plaza de esculturas o plaza de Botero ubicada en el espacio geográfico entre la carrera 51 y 51A es una donación realizada por el maestro, pintor y escultor Fernando botero; icono de la cultura latinoamericana y mundial. Algunas de las esculturas monumentales fueron instaladas en el 2002 frente del nuevo Museo de Antioquia, en un plaza de 7 mil metros cuadrados que se construyó desde el año 1999 y que hizo parte de las reformas urbanísticas del sector. 11 años después, el museo, sus esculturas y la plaza en general se han convertido en un nuevo referente y en uno de los más importantes la ciudad de Medellín, y uno de los principales atractivos de la ciudad para visitantes nacionales y extranjeros.
La plaza de Botero sigue siendo aún uno de los centros urbanos de la ciudad; donde continua latiendo el corazón de todos sus habitantes junto con sus traumatismos propiciados por las invasiones progresivas que ha tenido el mercado público, el tranvía eléctrico y del vehículo automotor; donde el empleo informal hoy en día es una fuente de ingreso común por la que luchan día tras día la gran mayoría de personas que allí habitan ya sea vendiendo algún producto artesanal, algún líquido para refrescar la garganta sedienta de los turistas o simplemente tomando fotografías del sector para luego intentarlas vender por algunos pesos a personas interesadas; esto es sin tomar con mucha profundidad todo su sectores aledaños donde en cada esquina se puede apreciar y encontrar hoy en día innumerables servicios y productos ya sea desde un sencillo corte de cabello hasta unos tenis de "maca".
Las plazas indudablemente, "han sido espacios libres de amplitud considerable dentro de una población; estas zonas han sido miradas también desde el punto de vista comercial y como un lugar donde es posible llevar a cabo espectáculos públicos, como corridas de toros, conciertos manifestaciones religiosas y políticas "[2].
Lo cual demuestra que a pesar del transcurrir de los años tanto parques como plazas existentes de Medellín y en ese caso especial plaza de botero hoy en día no ha disipado a pesar de todas sus transformaciones e intervenciones modernas un toque de su verdadera esencia e importancia para todas las personas que la habitan y hacen de eso su espacio privado, ya que como se ha citado, hoy en día se pueden apreciar muchísimas de las actividades que anteriormente se frecuentaban; claro esta cada una de estas con sus diferencias y singularidades que le va aportando la modernidad tanto al espacio público en si como a las personas y sus formas de pensar y de actuar.
Como conclusión se tiene que la importancia de plaza de Botero no radica tanto en el lugar en sí; sino más bien en sus habitantes que como muchos ya no ven esta plaza como un lugar para "pasar", sino como un lugar para "estar"; donde culebreros, lustrabotas, comerciantes informales etc. Encontraron un lugar que les permitía ser parte de la ciudad.
[1]José María Bravo Betancur. De plaza Mayor a parque Berrio. pág. 16.
[2]José María Bravo Betancur. De plaza Mayor a parque Berrio. pág. 18.
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